Yazd

Monumento dedicado a los aguadores: En una ciudad del desierto, parada obligada en la ruta de la seda, no podía faltar el recuerdo a los famosos aguadores, precisamente delante de las peculiares torres de ventilación (bad gir) de las cisternas subterráneas, testimonio de la avanzada tecnología de la antigua Persia. En la misma plaza se encuentra esta curiosa estructura de madera que representa la tumba del Imán Husein y que se utiliza para la celebración del Muharram. "Muharram es el primer mes del calendario islámico, cuando los musulmanes conmemoran el martirio del imán Husein, nieto del profeta Mahoma y líder espiritual del pueblo chií. Martirio del Imam Husein es un día triste para todos los musulmanes, especialmente los chiíes, que lloran la masacre de su "Príncipe de los Mártires" y su familia en Karbala" (Wikipedia).

Repartidas en diversos puntos estratégicos de la ciudad desértica de Yazd, encontramos unas torres que cuentan una historia, la de la ingeniería y sabiduría islámica.
Para combatir las extremas temperaturas que asolan a la ciudad, se construyó un sistema de aire acondicionado que aporta algo de frescor, para ello, bajo la ciudad se encuentran unas cisternas que guardan agua y a través de un sistema de refrigeración natural el viento que entra por las pequeñas aberturas de estas torres pasa por el interior fresco y vuelve a salir refrigerado.
Pero este ingenioso sistema, si bien es destacable,

“La Ciudad Oasis”, que es como se conoce Yazd, está entre dos desiertos (Dasht-e Kavir y Dasht-e Lut); por lo que parece impensable que alguien se planteara construir una ciudad allí. Pero lo hicieron, siendo ésta una de las ciudades más antiguas de Irán. Al estar en medio del desierto, tiene temperaturas extremas; en invierno pueden llegar a los 8 grados bajo cero, y en verano, a más de 40.
Las callejuelas de adobe consiguen respirar gracias a un sistema de ventilación único en el mundo. Ya en la construcción de la ciudad, se establecieron algo similar a unas chimeneas, con agujeros a los lados, para ventilar la ciudad y conseguir templar el clima.

Se trata de una ciudad enclavada al borde del desierto. Es curiosísimo como la experiencia acumulada ha llegado a desarrollar un tipo de ciudad en la que uno se puede manejar prácticamente sin sufrir el rigor del sol y con un curioso sistema de abastecimiento y enfriamiento del agua. Sus gentes son muy amables. Continuamente en galerias y señoras envueltas negro, se generan unas imágenes admirables.

La parte antigua de Yazd está construida en adobe y pasear por sus calles es sin duda un de la mejores experiencias.
Sin embargo la parte nueva de la ciudad es similar a cualquier otra de Irán y con el mismo tráfico infernal.

Sin duda Yazd es parada obligada en un viaje a Iran.