Con el viento de cara... En Krafla!
Pues aquí es donde vi (¡y sufrí!) el viento más fuerte de ni vida. De camino a la caldera Krafla me pregunté varias veces qué se me había perdido ahí y por qué no me había quedado en el coche calentita en lugar de torturarme arrastrándome ladera arriba sin poder casi abrir los ojos, pero ahora me alegro de haberlo hecho.
En la caldera del Krafla hay un famoso laguito verde. Nosotros lo vimos congelado, pero no por eso dejó de ser una estampa preciosa.
Krafla se encuentra en una zona de gran actividad geotérmica donde hace años se construyó una central para aprovechar esa energía. No muy lejos, hay un sitio tan asombroso como asqueroso, pero al que vale la pena echarle un vistazo.