Volcán Bromo

El volcán de Bromo es el volcán más activo de la isla de Java en Indonesia. Está ubicado en la punta este de la isla, lo que lo hace accesible desde Bali para un par de días. En general está complicado viajar entre las islas, pero Bali está realmente al lado, y con unas horas de bus podrás llegar sin problema.

Me alojé en el pueblo de Probolinggo que está justo a la entrada del parque natural, y el volcán está a dos horas de camino. Al cráter no podrás bajar, está demasiado activo. Una vez caminado por una meseta, llegarás a la falda del volcán, que tiene como una escalera para subir a ver el cráter por dentro. Con el humo y el olor a azufre, no me pude quedar mucho tiempo, pero era impresionante. La erupción no se concentra en un punto sino en varios huecos activos. A veces hay erupciones más grandes, y mejor pregunta al hotel que tal está antes de acercarte.

Bromo es uno de los volcanes mas activos de Java. Se encuentra localizado en la cumbre de la caldera Tengger, de 16 kilómetros de anchura.
El recorrido en jeep continua cuesta abajo por la caldera del volcán del volcán que a esta hora suele estar aun cubierta por la brisa y la niebla del amanecer.
La niebla y el color grisáceo de las cenizas que cubren el suelo hace que este paisaje sea similar al de la luna.

Bromo es uno de los volcanes mas activos de Java. Se encuentra localizado en la cumbre de la caldera Tengger, de 16 kilómetros de anchura.
El recorrido en jeep continua cuesta abajo por la caldera del volcán que a esta hora esta aun cubierta por la brisa y la niebla del amanecer.

Cuando llegué al Monte Bromo solamente sabía de él por lo que había leído al preparar mi viaje a Indonesia. Esa lectura me había hecho decidir que tenía que conocer ese lugar, así que allá fuimos una mañana... bueno, en realidad creo que sería mejor decir una noche, pues cuando llegamos al mirador que era nuestro destino el cielo lucía completamente negro y tuvimos que intuir el camino para alcanzar nuestro destino desde el parking en el que nos dejó el coche que nos había llegado hasta allí.

Fuimos los primero en alcanzar ese mirador, no teníamos ni idea de donde colocarnos, pero la suerte quiso que el lugar elegido fuera el mejor de lugar: justo enfrente de donde se obraría el milagro. La oscuridad fue dejando paso a la luz, y de repente allí estaba, una regalo para la vista. Bruma, volcanes, leves rayos de sol... No creo que unas palabras sean capaces de trasmitir lo que sentí en ese momento ante uno de los descubrimientos más bellos que he hecho en mis viajes. Estaba encantada, emocionada, alucinada,... feliz.

En Indonesia, al este de la isla de Java, se encuentra el monte Bromo, uno de nuestros rincones favoritos de todos nuestros viajes.
Con sus 2.329 metros de altura, forma parte de una caldera volcánica todavía activa. De hecho, se puede observar una columna de humo permanente saliendo de él y ha entrado en erupción más de 50 veces en los últimos 235 años.
El camino hasta allí no es fácil; está a unas 12 horas en coche desde Yogyakarta y a otras tantas desde Bali. No obstante, decir que merece la pena es poco. Llegamos de noche, y nos despertamos para ver amanecer en la cima. ¡Tuvimos que alquilar unas cazadoras por el frío que hacía! Hasta que no subes al mirador y aparecen los primeros rayos de luz del día, no eres consciente de donde estás. El paisaje nos dejo maravillados, teníamos la impresión de habernos trasladado a otro planeta. Nos sentíamos como si estuviéramos dentro de un documental de la NASA o en una película de ciencia ficción. Además, la bruma y el humo que sale del cráter completaban esa atmósfera tan especial que inunda este lugar.