Como escapado de un cuento encantado
Una vez visitada la Escuela Nº 33 Quina Quila nos adentramos en esta tierras que desde tiempos remotos ocuparan quienes fueron sus pueblos originarios antes de la conquista española. Estas tierras pertenecen en su mayoría a la Comunidad Mapuche Curruhuinca y nos maravillamos con todas y cada una de las cosas que encontramos por allí. Espesos y variados bosques de robles, raulíes, cohiues, ñires, pehuén, araucaria araucana o pino piñonero, el ciprés de la cordillera con su copa alargada y piramidal y hojas muy pequeñas y esas extrañas barbas del diablo o simplemente líquenes que le confieren al lugar un toque casi mágico, rebaños de ovejas que parecen de algodón en contraste con la escarpada pared del volcán y el río que discurre entre las piedras y el césped y vuelca sus aguas en el océano. Este pequeño valle que aparece junto al lago y forma parte de él, queda envuelto por la cordillera y nos parece estar en cualquier lugar de cuento menos en la tierra. Porque convengamos amigos que estar en la tierra se hace bastante duro en estos días y encontrarse aquí fue como estar más cerca del cielo.