Es un verdadero placer callejear por este recinto medieval amurallado ya declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y cuya existencia data de finales del siglo XIV.
Su conservación es excelente, salvo la iglesia cuyos restos se conservan en el centro del complejo.
Las vistas desde sus distintos miradores son excelentes.
La Vila Vella de Tossa es el único ejemplo que queda de población fortificada en el litoral catalán. Es el núcleo original de la población, situado dentro del recinto amurallado. Se caracteriza por sus callejas estrechas y empinadas, flanqueadas por casas de piedra centenarias. Por fortuna, la masificación turística no ha hecho estragos en este espacio privilegiado, que, a pesar del gran números de visitantes, conserva gran parte de su encanto. Dentro del recinto hay un par de bares y un museo, pero nada más. El resto es lo que queda, bastante bien conservado, de la población originaria.
Recorrer sus calles y visitar los monumentos que allí hay es un regocijo para la mente y el espíritu, si no te alcanza te diriges a la costa y un agua cristalina y arena gruesa dominan la vista. es recomendable visitar éste lugar y encontrar esos rincones que a todos les gustará, no hay como la propia experiencia.
Las casas antiguas están intactas y hay muchas tiendas de productos de la zona.
