Pequeña ciudad llena de encantos naturales casi desconocidos
Uno de mis paseos preferidos era hacer el recorrido del casco antiguo de la ciudad con sus estrechas y empedradas calles de pequeñas o inexistentes aceras, o acercarme a orillas del río y caminar sus más de una docena de puentes, porque tanto en otoño como en primavera la variedad y diversidad de colores en su vegetación y arboledas sorprende y encanta.
Luego de descubrir la Rueda hidráulica de la Farinera Casabó a orillas del Fluviá cada vez que podía me detenía para descubrir alguna otra cosa nueva y así fue como encontré anidando, descansando o empollando en las aguas del río una cantidad de hembras y unos pocos machos, los famosos patos de cuello verde o Patos Colverd y una sorprendente y variada vegetación: Olmos, Sanguiño, Aliso, Fresnos de hoja grande, Avellanos, Sauco y tantos otros que sería muy extenso enumerar.