Benarés

Voy a confesar, tarde algunos días en admitir que Varanasi esta llena de vida. Al principio nomás alcancé asomarme a mi balcón a los ghats. Aquello fue suficiente.
Observar ante mis ojos la danza de barriletes negros, lentos, aceitosos era demasiado bello y triste.
Esas primeras tardes me las devoraron los barriletes en su danza solemne y la brisa de atardecer muy cálido con ruido a gente que pasa. Salir a la calle y caminar me hizo descubrir que son niños tan alegres los que dibujan estos bailes en el aire y sin querer agregan tan serio aspecto ceremonioso.

El día en Varanasi comienza antes de que salga el sol. Sadhus e hindúes devotos se acercan a los ghats sobre el sagrado Ganges –o Ganga- a esperar a que el primer rayo de luz ilumine el río. El momento en que el sol aparece en el horizonte marca el inicio de las abluciones y baños sagrados que se prolongarán a lo largo del día.

Una tarde en Varanasi es algo especial, puedes pasear por los Ghats, sentarte en las escaleras y disfrutar de rostros,olores, colores de la gran variedad de personas que pasean por la ciudad, desde turistas hasta peregrinos que van a purificarse, es una experiencia increíble.Os aconsejo que vayáis, supereis el caos y adentraros en una ciudad mágica.

Cada lugar de India es único, colores brillantes, templos relajantes, y mucha gente, cada rincón es diferente, es un país de enormes contrastes.

Nepal, es similar pero con menos gentes, y llega a ser mas espiritual que India, Kathmandu esta a caballo entre la arquitectura típica nepali(que muchos piensan que es China, pero es originaria de Nepal) y templos budistas e hinduistas. Las fabulosas Stupas, donde la gente va a rezar son cautivadoras, por tener un silencio único, entre rezos y pasos.

Varanasi es el broche de oro si has realizado la ruta por el Rajastán. Es una ciudad de visita obligada, donde se respira la verdadera ausencia india. Podrás recorrer sus calles con innumerables puestecitos locales donde comprar plata, seda, ropa, especies, té ... Podrás visitar sus ghats y ver como realizan sus cremaciones o sus baños matinales antes de que aparezca el sol. Un lugar lleno de espiritualidad en su estado puro.
Sus calles repletas de gentes, vacas, niños corriendo incluso podrás cruzarte con los familares que llevan a hombros a sus difuntos vestidos con túnicas naranjas dirección al ghat de la cremación.

Benarés es una ciudad donde se juntan el misticismo y lo terrenal, puesto que es una de las ciudades sagradas del hinduismo y lugar de una de las primeras predicaciones de Buda. En la ciudad se pueden encontrar desde los bazares mas típicos a pequeños templos, e incluso puedes observar las cremaciones que se realizan a los muertos a orillas del Ganges antes de su último viaje.

Benares huele especial, y tiene un color especial, ya que todo se mezclan los colores del sol y el humo con el olor a incienso y a comida.
Es una lugar para perderse entre sus callejuelas, y descubrir pequeños rincones en los que poder degustar comida callejera típica y postres de la zona (abstenerse estómagos sensibles).

Pasear por las calles de Benarés y acabar el recorrido a orillas del Ganges es una experiencia única. Mi recomendación es andar mucho, por todos los lugares posibles, recorrer los puestos del mercado, hablar con la gente, en definitiva, vivir la ciudad como si fuerais de ella.
La orilla del Ganges es un lugar donde vida y muerte se funden en rituales maravillosos y espectaculares.

Benarés es una parada absolutamente recomendable.