Cuando uno ha sido ‘erasmus’ y vuelve, año...
Cuando uno ha sido ‘erasmus’ y vuelve, años después, a aquella ciudad que fue su casa durante algún tiempo, siente que, a pesar de que casi nada ha cambiado, todo es diferente.
Salen personas desconocidas del lugar que fuera tu hogar. Por supuesto, los profesores no se acuerdan de ti y la señora del restaurante universitario que te regalaba una sonrisa diaria ya no trabaja allí.
Nos unimos los amigos, aquellos que se quedaron a trabajar o a proseguir un amor y los que eran nativos de allí.
Encontraste trabajo gracias al idioma aprendido, pero ahora no lo usas tanto como te gustaría. Así que la fluidez verbal está un poco escasa. Decidimos dónde ir a comer y a mí me invade la nostalgia. A la cantina de la Universidad, digo. Y todos sonríen porque mil veces protestamos de que, pese a económica, era una comida malísima. Ahora me sabe a recuerdo, a días felices y despreocupados.
