Como la mayoría de los lugares de ...
Como la mayoría de los lugares de Damasco, este encantador restaurante se encuentra en un estrecho callejón sin nombre, colindante con el muro sur de la Mezquita Omeya.
Toda su parte inferior está decorada como la cueva de Ali Babá, muy orientado a los turistas: muebles con perlas incrustradas, suntuosas alfombras, luces tenues... Por las noches suele haber espectáculos de música y acrobacia siria.
Aunque esto puede resultar muy interesante yo recomiendo también subir a la planta superior, donde el restaurante tiene una terraza fantástica. Las vistas a la Mezquita Omeya son realmente espectaculares y se cenará en un ambiente más tranquilo. Una cena copiosa, con varios zumos (no sirven alcohol) puede salir por unos 10-12 euros. Es bastante caro para tratarse de Damasco, pero merece la pena, la comida es deliciosa.