Daniela VILLARREAL
Altar de sacrificios
Un lugar impresionante en la visita a las ruinas de Chichén Itzá es, sin duda, Tzompantli. En la práctica tradicional entre la antigua Mesoamérica, las víctimas eran decapitadas en sacrificios humanos y se conservaban sus cráneos en una especie de valla de madera. El Tzompantli era un altar donde se realizaron sacrificios para honorar a los dioses. En algunas partes de México se han llegado a encontrar hasta 6.000 cráneos.
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