sala2500
Con pena, con muchísima pena abandoné e...
Con pena, con muchísima pena abandoné el pueblo de Kharsodkala. Para despedirme me me volvieron a bendecir y me prometieron rezar por la seguridad de mi viaje. Todavía incluso en el bus hablé y saludé a varias personas del pueblo que compartían conmigo asiento. Les vi en los ojos el brillo de la ilusión de estar con alguien sentado, con alguien que había venido e la mano del "señor" del pueblo, HariSingh Patidar,. Me hicieron compañía y me dieron conversación durante el trayecto de vuelta a Ujjain.
Después de casi un mes en India volvía por primera vez de regreso a un lugar, a Ujjain. Una ciudad fea y sin nada de especial, a parte de su medio millón de habitantes, que le daban y le dan medio millón de razones para volver.
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