Para sentirte como en casa, salvando las distancias.
Así por lo menos me sentí yo, la gente que trabaja allí y los inquilinos hicieron que tuviese esa sensación. En mi viaje los hosteles me están ofreciendo, además de ahorrar dinero, hacer contactos y por eso los destaco con respecto a los hoteles, que en alguno también he pernoctado.
Con este hostel en Sarajevo además acerté totalmente por la ubicación, pegado al casco histórico de la ciudad, junto al río Miljacka y cerca también de la fortaleza de la ciudad, que está en la cima de la colina a la que accedes atravesando ese centro histórico y desde donde divisas todo Sarajevo.
Andando por la rivera puedes ver la Academia de las Buenas Artes que en el momento de mi visita tenía una exposición muy interesante sobre la guerra y que desgraciadamente en esta ciudad fue dura y pegó con fuerza durante la guerra de Los Balcanes de triste recuerdo en Europa y que la dividió en dos partes: la bosnia y la serbia.