El museo que se perdía y se perdía.
Hasta tres veces intentamos localizar este museo durante nuestra estancia en Berlín. No se si por el cansancio acumulado o las jugarretas del destino, cuando ya casi íbamos a abandonar la búsqueda apareció entre nosotros. Y eso que está justo al lado de la estación de Friedrichstrasse, y es inconfundible por sus grandes ventanales que van del suelo al techo y que dejan ver perfectamente que lo que alberga es una exposición. En fin...
Otra cuestión es que el nombre "Palacio de las Lágrimas" que hace referencia a que este edificio, erigido en 1962 como frontera para los alemanes que entraban y salían de ambas repúblicas, no es conocido por todos los berlineses, ya que la mayoría lo conoce como " El Pabellón" en un intento quizá de olvidar un lugar de triste recuerdo, donde los miembros de las familias separadas por el Muro debían decirse adiós, entre lágrimas, tras las pocas ocasiones que tenían para verse.