Toulon

Nada más llegar al puerto la impresión que nos dió Toulon fue de ciudad descuidada, cosa que nos chocó muchísimo porque no suele ser el estilo de Francia, donde normalmente tienen cada rinconcito cuidado al máximo, las fachadas de las casas estaban como sucias, dejadas y muchos de los edificios eran horribles, de construcción nueva sin armonía alguna con el paisaje. Por suerte al adentrarnos fuimos descubriendo otra cara más amable, una más coqueta y algo más cuidada, algo que ya nos iba recordando que estábamos en La France, aun y así se nota que no proviene de un pasado turístico, y que a día de hoy tampoco es prioridad absoluta. Aunque esto no quita que tengan un buen sistema de información para facilitar a los turistas una guía de la ciudad.

La ciudad de Toulon es famosa sobre todo por su puerto, pero también tiene cientos de rincones maravillosos que merecen ser visitados.
El centro de la ciudad está situado junto al puerto y está formado innumerables callejuelas muy estrechas que van a dar a amplias avenidas. Lo que más me impresionó es que tiene numerosos elementos, sobre todo arquitectónicos, que recuerdan mucho a las típicas ciudades italianas. Por ejemplo, el color de las fachadas de las casas que se encuentran en el centro normalmente es ocre, muy similar a los colores de las casas romanas. Se trata de edificios que poseen un gran encanto porque suelen ser muy antiguos y están repletos de macetas con flores, esto les da un aire romántico espectacular. Son edificios de unas cuatro o cinco alturas y por eso las callejuelas y como las calles son bastante estrechas, no suelen tener mucha luz, eso sí, tienen un aire de misterio espectacular, porque son larguísimas y nunca sabes a dónde vas a ir a parar. Además, cuando menos te lo esperas, te encuentras con unos edificios impresionantes, por ejemplo, con unas iglesias con unas fachadas magníficas, que también recuerdan a los estilos de Italia.

Llena de rincones para comer un crepe delicioso en cada lado.