En 1851, Camile Corot plasmaba en su...
En 1851, Camile Corot plasmaba en su obra “La Rochelle, entrada al puerto” la esbelta silueta de las torres de Saint-Nicolas y de la Chaîne, pétreos guardianes que, incansables y orgullosos, custodian -desde tiempos remotos- el acceso al viejo puerto de la ciudad.
Una soleada mañana del mes de Enero de 2012 y después de transitar el agradable paseo que separa la estación de Ferrocarril del casco urbano de la ciudad me dirigí a la misma posición que otrora ocupase Corot con su caballete con la intención de captar la instantánea que me había obsesionado durante años, no disponía para ello de pinceles, ni de óleos, ni tan siquiera de unas simples pinturas Alpino, pero contaba con mi fiel cámara réflex y lo más importante: ante mis ojos se alzaban los mismos protagonistas que tan sabiamente supo captar el maestro francés, las torres de Saint-Nicolas y de la Chaîne flanqueadas por el lienzo oeste de la muralla terminada en la torre de La Lanterne me daban la bienvenida a la preciosa localidad de La Rochelle.