Merece la pena. No importa lo que te hayan contado y que sea el punto más importante de todo recorrido turístico que se precie. La Torre Eiffel es un monumento excepcional y las vistas desde sus plataformas son alucinantes. Tiene tres niveles, el primero a 57 metros, el segundo a 115 metros y el tercero a unos vertiginosos 276 metros.
Para subir al tercer nivel hay que pagar más y volver a hacer cola desde el segundo nivel, así que nosotros nos conformamos con llegar al segundo nivel. Es batante grande y tiene a su vez dos niveles, por lo que si te subes al superior te quitas toda la valla, ideal para hacer fotos. También tiene unas vistas de 360º alrededor de la Torre, así que puedes recrearte con los detalles de toda la ciudad.