Cascada Toraille

Uno de los sitios más visitados en la isla de Santa Lucía son sus cataratas, que se hallan, la mayoría, en las inmediaciones de Soufrière. Nosotros visitamos las Toraille, que tienen un fácil acceso desde carretera principal en dirección a la comunidad de Fond St Jacques.

El entorno es precioso, rodeado de exuberante vegetación tropical que conforma un auténtico jardín botánico con las Pitons como telón de fondo, pero la cascada como tal me decepcionó un poco, ya que tan sólo tiene unos 15 metros de altura. Bajo ella hay una piscina natural en la que puedes darte un baño (a pesar de su altura, es impresionante la fuerza con la que te golpea el agua cuando estás debajo!).

Cerca del pueblo de Soufriere, según dejamos, por una secundaria, la carretera panorámica, plagada de curvas y desniveles que más parece una montaña rusa, llegamos a la cascada de Toraille.
Con unos 15 metros de altura no es quizá la cascada más grande que podamos ver, ni de lejos; pero el lugar merece la pena, ya que a lo frondoso del escenario, la frescura del agua ( que no fría, ya que no viene de neveros) y la fuerza con la que cae a modo de refrescante columna, se une el pequeño negocio que han montado en torno a la cascada.
Primero, hay que pagar un par de dólares por acceder a la poza, en una entrada que da paso a un conjunto de construcciones muy coloristas, eso sí, que quieren reproducir la arquitectura tropical de la isla y que albergan unas casetas privadas donde recibir masaje en los hombros y la espalda - no se si dados dados por profesionales- o hacernos una limpieza de cutis con productos naturales de la isla, sacados de los minerales del volcán.

Hermosa cascada en Santa Lucia con agua super refrescante.