Lo mejor de mi viaje a Lisboa
Estuve en Lisboa y volví en modo amor. Y el ¿90%? de la culpa la tuvo The Decadente, un restaurante en el Barrio Alto que literalmente me atrapó. Justo frente al mirador de San Pedro de Alcántara está el hostel The Independiente, que para los que no se alojan allí guarda el regalo y la elegancia pura de su bar restaurante. Muebles de los 70, revistas de decoración también de entonces, sofás, música baja, camareros encantadores y la tarde entera para descansar del turismo previo. Después de unos vinos decidimos, viendo que el sitio empezaba a llenarse de gente guapa, quedarnos a cenar. El comedor tiene varias mesas comunales (vivan las mesas comunales) y el típico ambiente DISTENDIDO que me encanta para estar. Pedimos entrantes (tiras crujientes de carne de cerdo y una crema portuguesa), primer plato (arroz caldoso) y postres: la pequeña y delicada tarta de queso que veis en la foto. Con una botella de vino, 20 euros por cabeza y la sensación de haber pasado una de las tardes más agradables del viaje a Lisboa.