Carmen Álvarez
Un paraíso nipón
El templo budista Ninna-ji, Patrimonio Mundial por la Unesco, es un ejemplo de armonía japonesa; el recinto es un enorme complejo de edificios y jardines, pues reúne una grandiosa puerta principal, una pagoda cinco pisos, jardines de grava rastrillada, casas de té, bellísimas salas de oración y lugar para la residencia.
A medida que vas recorriendo el edificio rodeado del jardín zen vas adoptando un estado de relajación debido a la belleza del lugar y del silencio que lo acompaña, escuchándose solo las cigarras (típico sonido del verano nipón) y el fluir del agua del estanque. Puedes incluso sentarte sobre la tarima para admirarlo más.
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