ANADEL
Servicio malo y lentísimo
Lo mejor es que estaba al lado del recomendable hotel donde nos hospedábamos, el Drei Kronen, y junto a la preciosa plaza de St Martin.
Decidimos comer dentro, en la planta de arriba hay un pequeño comedor lleno de luces navideñas y abarrotado de gente, con lo que el calor era sofocante, pero frente a cenar afuera a cinco grados aunque con mantas y estufas, me quedo con estar dentro.
Servicio malo y lentísimo, por una chica que no se agobiaba lo más mínimo.
Platos de carne y pasta básicos y sin gracia, lo mejor la compañía.