Siurana

Siurana de Prades es un pequeño pueblo perteneciente a Cornudella del Montsant. Hace unos años, no había ni carretera asfaltada para subir, lo que lo hacía mucho mas interesante. Nadie se aventuraba a subir 8 kilómetros por un camino de tierra, y eso hacía que tuvieras el pueblo prácticamente para ti. Hoy en día, con la carretera asfaltada, el número de turistas es bastante elevado ya que el pueblo es una auténtica maravilla. Está considerado uno de los pueblos más bonitos de Cataluña, tanto por su interés cultural, como por su magnífico entorno natural.

El pueblo está situado sobre un peñón de roca caliza, lo que lo hacía un lugar estratégico. Aquí se alzaba el ultimo bastión musulmán en Cataluña. La leyenda dice que los cristianos, en su afán de reconquistar este territorio inexpugnable, se sirvieron de un traidor judío que les indicó la entrada al castillo. La reina del castillo, sabedora de lo difícil que era llegar al lugar, celebraba una fiesta en ese momento sin inquietarse por la presencia de los cristianos. Una flecha entró en el castillo y acabó en la mesa del salón, a esto la reina, asustada, cogió su caballo y se fue directa al precipio. Sabedora de que el caballo no se tiraría, le tapó los ojos, pero el instinto animal del caballo, le hizo frenar, y la reina mora salió despedida por el precipio. Aún se puede ver la herradura del caballo en la roca.

Entre las comarcas vinícolas del Montsant y El Priorat, encontramos este pueblo con un encanto especial. Si eres amante de la naturaleza, si te gustan los deportes de aventuras, o si simplemente buscas un remanso de paz, éste es tu sitio. La carretera que conduce a Siurana es un espectàculo de colores. La piedra labrada por el tiempo y la erosión se nos muestra majestuosa y cuando llegas por fin arriba del todo sientes que has llegado al paraíso. A unos diez kilómetros merece la pena pararse en el pantano que lleva el mismo nombre. Siurana, sencillamente, hay que visitarlo para disfrutar. El hecho

Siurana está en la comarca del Priorat, en lo alto de un acantilado que cae directamente al pantano del mismo nombre. El pueblo se recorre en poco tiempo, perderse por sus callejuelas es totalmente recomendable y descubrir sus rincones. Al atravesarlo y salir de él, te ofrece unas vistas increíbles sobre el pantano. Si vas por la zona de la Iglesia verás la parte final del embalse. Impresiona ver la iglesia casi a ran del vacío y abajo las aguas turquesas. Un lugar para disfrutar haciendo fotografías, sus rocas rojizas y su paisaje abrupto hace las delicias de los aficionados a la fotografía. Como suele pasar en estos pueblos pequeños, eché en falta oferta de restaurantes.

Un camino de ensueño, que desde Cornudella de Montsant se abre paso zigzagueante entre rojizos cortados y extrañas formaciones pétreas, lleva hasta Siurana de Prades. La villa es pequeñita, apacible, tan alta, que aunque inexpugnable a través de su historia, se la siente abierta a los cuatro vientos. Siurana fue, hasta 1153, el último reducto sarraceno de Cataluña y todavía pueden verse los restos de la gran fortaleza a la entrada del pueblo. Hoy es un lugar sereno, lleno de aire límpido y silencio. Dos o tres callejuelas sombreadas de plátanos y salpicadas de lirios llevan a la preciosa iglesia románica ubicada al borde del espectacular precipicio.