In encanto medieval
Lejos de los ruidos, aire enfermo y revuelo, trajines y vanidad de las ciudades monstruosas existen lugares donde descansa el alma, agotada y tal vez, desesperada, herida. Sin duda, uno de ellos es Sigüenza, un encanto medieval.
No me recuerdo cuando y porque me obsesioné con la idea de visitarlo pero me da muchísima alegría haber cumplido el llamamiento de mi alma.
Desde mis primeros pasos algo me decía: "Aquí está el lugar donde debías estar y encontrarte".
Estaba impaciente antes de perderme en sus calles que se entregan sin reproches pero al mismo tiempo guardan un orgullo por su pasado.