Templo Meiji Jingu o como saber que es el silencio
Nos adentramos en nuestro segundo día por la mañana en el metro y fuimos al Templo Meiji Jingu, a pocos pasos de la estación de Harajuku está el Torii que más me sorprendió, no se si por su belleza, por que era el primero que veía o porque era enorme, pero al pasar por él (este Torii nos indica que había un templo cerca) pude saber lo que era el silencio, sólo se escuchaban los pájaros y el sonido de las zapatillas de las personas que nos adentrábamos.
Una vez en el camino, vimos con gran entusiasmo unos toneles de vino francés a un lado (fueron regalados al gobierno japonés por los franceses ya hace muchísimos años) y al otro y casi enfrente, toneles de Sake (estos fueron puestos por los japoneses después porque no podían ser menos, los entiendo perfectamente). Unos pasos más adelante pudimos ver el templo al fin, y a su izquierda antes de entrar, una fuente en donde los lugareños se lavaban para entrar puros al templo (muy interesante ver como se purifican y cuales son sus costumbres).