Situada en Saint Bertrand de Comminges, un pueblecito de apenas doscientos habitantes bañado por el río Garona en los pirineos centrales franceses, supone para los amantes del románico una visita de obligado cumplimiento.
Solamente con ver su bello claustro y si además os encontrais en el Valle de Arán, bien merece la pena el desplazarse unos cuantos kilómetros.
Imponente catedral emplazada en plenas montañas, increíble e insospechado, pero está a un paso del valle de Arán y este sitio hay que conocerlo.
Es un magnífico templo de los siglos XI al XII de arquitectura románico-gótica de una belleza evidente, con vidrieras renacentistas, un coro de excepción, órganos del XVI, y un claustro del XII.
Comparto las opiniones de Luis Fernando y además añado unas cuantas fotos de este rincón, que no sólo es precioso sino que lo es todo el pueblo en su conjunto, el cuál respira un ambiente medieval de antaño.
Tiene el interior de la iglesia muy original, con una especie de cierre de madera. Al lado mismo tiene un atrio no muy grande, pero con unas vistas muy chulas. Merece la pena hacer un alto en este pueblo.
