Pocos lugares hay tan llenos de...
Pocos lugares hay tan llenos de historia en España como esta zona del norte de la provincia de Palencia. La Cordillera Cantábrica tras alcanzar su máximo esplendor se va achatando en unos valles de ensueño, para fundirse un poco más al sur con la Meseta. Los hombres que venían del Norte la repoblaron en la Edad Media y nos dejaron una siembra de pequeñas iglesias y ermitas románicas ,
Veranos de mi infancia entre sonidos de carros, trillos y tractores Lanz en las eras.Caminos adentrándose entre oteros en unas tierras de labor rojas como Marte a la cálida luz del atardecer, esa misma luz que encendía las doradas olas de los campos de cereal "marejada castellana al viento". Tardes de tormentas secas, en que mi abuela quedaba rezando entre velas a Santa Bárbara, y mi tío el fraile, mi abuelo y yo salíamos al vendaval con aroma a trigo, bajo aquellos fabulosos rayos recortando la silueta de la vieja iglesia. A nosotros no nos daba miedo, tan sólo nos estremecía tanta grandeza. Olores a pan hornera de la vieja panadería. Azadas, acequias y el riego siguiendo el surco de las patatas. Noches sin luna con reteles en el riachuelo bajo el Camino de Santiago.