Palacio De La Cotilla Y Salón Chino

Cuando visitas Guadalajara lo último que te esperas encontrar es con ¡un Salón Chino! Pues sí, así es, cuando fuimos a la Oficina de Turismo y nos dieron los folletos vimos que hablaba de él, y evidentemente fuimos a ver de qué se trataba.

Nos dirigimos al Palacio de la Cotilla, que es donde está ubicado, entramos y tras cruzar un pequeño patio subimos unas robustas escaleras de madera, muy bonitas por cierto; al llegar a la primera planta nos aguardaba una atenta mujer que nos explicó que la visita a la sala era gratuita y que podíamos hacer las fotos que quisiéramos, eso sí, sin flash por motivos evidentes.

En este palacio del siglo XVI nos encontramos con un salón que está decorado con papel de arroz. Está perfectamente restaurado, con imágenes que reflejan el estado de deterioro que llegó a sufrir. El ayuntamiento de la ciudad ha realizado un gran trabajo de restauración. Hoy se puede admirar una obra de arte, con un potente y particular estilo de dibujo, con un vivísimo colorido y unas bellísimas proporciones. Escenas de la compleja sociedad China del momento que recogen los dibujos. Muy interesante. Puedes perderte en miles de historias divertidamente ocultas o veladas. También se cuenta un relato

El palacio fue construido en el siglo XVII. Luego sus dueños fueron los marqueses de Villamejor, Ana de Torres e Ignacio de Figueroa, padres del conde de Romanones. Cabe mencionar los rasgos arquitectónicos de la época tales como el Salón Chino, decorado todavía con el papel pintado original, según el estilo de la dinastía Qing, cuya rareza en España le otorga un valor excepcional.

Hermoso lugar, para ir y ver la historia y para disfrutar de sus eventos y talleres. Hay poco pudimos ir a un taller de escultura. Donde aprendimos sobre un ilustre escultor y mi peque pudo jugar con la arcilla.

Mucha belleza la que tiene cuando fui a visitarlo.