Un paseo con final feliz
La ruta al Chorrituelo es una auténtica maravilla natural. Hay dos opciones para llegar hasta él, ambas bastante bien señalizadas. Y ante la duda, el sentido común siempre funciona. La mejor es la blanca y amarilla, que va siguiendo el cauce del río en un espectáculo continuo. Hay que cruzar cuatro veces el río, tres de ellas por encima de piedras, y en algunos tramos vas caminando sobre cortantes de pizarra. Nada excesivamente complicado, pero es mejor no hacerla con niños.
La segunda ruta, roja y blanca, es más larga y menos vistosa y recorre un camino sobre los montes, por lo que se utiliza para llegar al Chorrituelo cuando el río baja crecido.