Rothenburg ob der Tauber

Hoy en día es una atracción turística de fama mundial por su bien conservado centro medieval. Cuando el el S.XIII el rey Conrad III trasladó su corte a Rothenburg, la ciudad empezó a ponerse guapa. Altstadt es un barrio de aquella época, una joya medieval con calles adoquinadas y con una gran muralla que daba la vuelta a la ciudad con vistas al valle del Tauber desde sus 12 torres unidas.

El nombre de la ciudad se lo debe al río Tauber que lo cruza. Es un pueblo adoquinado, muy tranquilo, más grande de lo que parece a simple vista. Para llegar al Ayuntamiento, situado en la plaza del Mercado, hay que subir por una empinada cuesta llena de tiendas de recuerdos.

Conocer Rothenburg ob der Tauber es como hacer un viaje en el tiempo y transaladarse a la Edad Media. La ciudad ha mantenido a lo largo de los años su aspecto y es precisamente esto lo que la convierte en un lugar tan especial.

Rodeada por murallas, la ciudad alberga iglesias góticas, casas con hastiales y hasta un antiguo escenario de ejecuciones (Galgentor).

Recomiendo subir al Jardín del Castillo, desde donde se tienen unas privilegiadas vistas de la ciudad y sus alrededores. Si os gustan los juguetes artesanales hechos de madera quedareis encantados de la cantidad de objetos perfectamente trabajados que encontrareis en sus muchas tiendas.

Su nombre en alemán es Rothenburg ob der Tauber, y se lo debe al río Tauber que lo cruza.

Es una pueblo medieval precioso situado en plena Ruta Romántica alemana, que va desde el río Main hasta los Alpes.
Es un pueblo adoquinado, muy tranquilo, más grande de lo que parece a simple vista, y con un encanto especial.

Cuanta con una muralla en perfecto estado de conservación.
Para llegar al Ayuntamiento, situado en la plaza del Mercado, hay que subir por una empinada cuesta llena de tiendas de recuerdos.

En la Plaza del Mercado, además del Ayuntamiento, está la Taberna de los Concejales, que es un edificio donde hay un carrillón que merece la pena ver.