Sublime
Es un momento mágico, la preciosa e iluminada Plaza de la Villa esta repleta de túnicas negras que portan bombos y tambores. Se palpa la emoción, las ganas de comenzar.
Una tradición lejana, que se remonta al S XVI, desde cuando fue evolucionando. Calanda tiene la fama mediática, pero Híjar es especial, o por lo menos a nosotros nos lo ha parecido. La medianoche, la humildad con la que se vive esta celebración, y quizás porque ha sido el primero de los actos que hemos podido vivir intensamente a lo largo de la Semana Santa por la ruta del Tambor y Bombo.
Se va acercando el momento y confieso que estaba nerviosa, emocionada, es impresionante llegar cuando la plaza está casi vacía y poder ver, desde el balcón del Ayuntamiento la transformación. De las calles adyacentes comienzan a aparecer túnicas negras, familias enteras que viven entregadas esta tradición.