Recomiendo evitar este ristorante
Está muy cerca de la entrada a los Museos Vaticanos, y ahí radica su "ventaja competitiva", especialmente si llegas al lugar desfondado -tras salir del museo- o con prisas por entrar.
Mi experiencia fue verdaderamente negativa: la peor pizza que he comido en Roma (ya es difícil comer mala pizza en Roma!); el servicio de la camarera que nos atendió pésimo: antipática, tardona y muy muy borde. Un ejemplo: pedí vino blanco de la casa frío, cuando llegó la jarra a la mesa vertí un poco en mi copa y le hice saber que no estaba suficientemente frío. Ella me indicó que echara hielo. Le dije que yo al vino no le quiero echar hielo, que lo retirara. Puso pegas y me daba como solución que yo me levantara al frigorífico cada vez que quisiera servirme una copa. Al final lo retiró, pero le costó. En fin ...