Un sitio imposible de perder
Lo primero que hicimos al llegar a Nara es visitar sus parques llenos de ciervos en el que si llevas algo de comida podrás divertirte, o mejor dicho, divertirse a tu costa. Y ¿porqué digo esto? Pues porque los ciervos parecen ya inteligencia artificial demasiado desarrollada, son listos, demasiado listos, así que si llevas comida y no quieres dársela, recuerda, ten bien cerrada tu mochila o recibirás un buen mordisco o hurto.
Una vez que pasas el parque, te recomiendo que vayas al Templo Todaiji, famosisímo por su estatua del Gran Buda, y cuando se le llama Gran Buda, pensad en su tamaño y acertaréis. Qué pasada visitar el templo con el Gran Buda, sus demonios protegiéndolo o incluso la maqueta dentro del Templo de lo que era antiguamente todo el Templo y sus terrenos cercanos.