Una experiencia distinta en cada momento del día
Guardado por el impresionante diseño de la Finca de los Arandinos, este restaurante guarda una cocina a la altura del alojamiento en el que se encuentra.
En conjunto con éste, su diseño es sencillo y limpio, nada recargado. El ambiente es silencioso y relajante. Dispone de una mesa situada justo al lado del ventanal que da a la terraza donde podremos sentarnos a tomar algo o incluso a comer, si el tiempo acompaña.
Los platos son, como no podía ser de otro modo, el punto fuerte de éste lugar. La carta es muy variada en cuanto a opciones para comer, muchas de ellas son opciones de comida "kilómetro 0", de la que se obtiene de los alrededores y asegura su frescura y, en una tierra como Rioja, también su calidad.