Sencillo pero bueno.
SI llegamos a él por primera vez puede que entremos con algo de recelo. Tal vez la decoración sea un poco banal como si fuese un escenario sacado de la tramoya de algún viejo teatro o algo así como una portada de barraca de Las Hogueras de San Juan, pero lo cierto es que su comida es otra cosa. Aquí se sirven platos muy ricos de cocina hindú. El yogur, las verduras, los sabores picantes y especiados aparecen para darle a nuestro paladar un homenaje. Los arroces y el pan de queso, ajo o frutos secos acompañan a esos platos de carne tan bien elaborados. El servicio es rápido y correcto.
Su precio en relación a la calidad de sus platos es muy bueno. Algún que otro restaurante de renombre en la capital de España sirve estos platos con la misma calidad pero con un precio que puede llegar a triplicarse, su decoración y menaje son más cuidados. Pero no nos dejemos engañar, en el Taj Mahal de Alicante disfrutaremos de unos buenos platos bien elaborados a un buen precio.