Un manjar
La decoración mola, el local está llevado por "locales", las mesas están a ras del suelo y la comida tiene una calidad inmejorable.
El hombre que nos ha atendido es japonés japonés y, además, nos ha ofrecido un trato exquisito: recomendaciones sinceras, explicaciones claras de los platos y una cordialidad de agradecer. Uno de los platos que nos recomendó por el buen género que había ese día fue el sashimi de pez limón (que había venido volando desde Australia): un plato sencillo sencillo donde la calidad del pescado lo es todo. Pues bien, he comido sashimi muchas veces en mi vida y nunca he probado un bocado tan excelente como esta vez.