Era uno de esos días de septiembre con ...
Era uno de esos días de septiembre con sol. Hicimos reserva en el restaurante porque me lo habían recomendado. La reserva fue un acierto, porque mientras estuvimos en la terraza hubo mucha gente que se quedó con dos palmos de narices porque ya no habían mesas disponibles.
La terraza es muy agradable, en plena plaza y con las vistas de la iglesia y los demás edificios antiguos del casco histórico de Segovia. Una pena, las avispas que parece que nos iban tomando cariño a medida que llegaban los platos. En vista de la experiencia, recomiendo comer dentro o tener nervios de acero. Pero bueno, avispas aparte, el restaurante es toda una joya.