Muy bien
Tenía referencias, aquí viene la gente desde Valencia exclusivamente para comer, no está cerca, por lo que las altas expectativas estaban ya hechas.
El sitio es un pequeño grupo de casas en la carretera, una de ellas alberga el rústico restaurante, con unas pocas mesas, y frente a la puerta una pequeña habitación guarda una chimenea en alto con sus brasas, porque aquí se viene a comer conejo y alcachofas a la brasa, entre otras delicias.
El servicio es familiar y super-amable, el sitio goza de un toque curioso, es como si estuvieras en casa de unos amigos aunque no hayas estado antes.