Bar de raciones súper abundantes y muy variadas.
El personal e muy amable y todo está riquísimo.
Lo encontramos ubicado en Tres Cantos, en una pequeña callejuela donde, nada más llegar, te das cuenta que vas a comer rico por las raciones que van pasando.
El pulpo, un pulpo entero, te lo traen cocido y te lo preparan en la mesa, a la gallega, con patatita, pimentón aceite y sal, ¡una auténtica maravilla!
La carne también está muy rica y la fuente de huevos rotos, con patatas y jamón ibñerico es una cosa de otro mundo.
Totalmente recomendable en la zona norte de Madrid para comer o cenar, eso sí, mejor reservar