Dicen que la cocina albaceteña es tan buena porque su situación geográfica le ha hecho beber de un montón de fuentes, tanto del mediterraneo, como de la Mancha y de Andalucía. El resultado es siempre sorprendente y sabes que es un éxito si viene abalado por una estrella michelín que premia entre otras cosas la innovación constante, así que solo queda disfrutar y dejarse sorprender.
Con una estrella michelín, lo que esperas es poco para lo que tienen reservado para ti: materias primas clásicas en una cocina moderna, imaginación en cada detalle de lo que te sirven, presentaciones excepcionales con un servicio genial.
Este lugar es garantía de buen comer y de salir contento.
De un restaurante con estrella michelín me esperaba no sé, algo como pijo, y nada de eso. Este restaurante es elegante y sencillo a la vez y la comida está buena no, lo siguiente. Eso sí, aquí cada plato es de lo más original. Se come por los ojos y también por el paladar pero, lo mejor de todo, es que lo que ves nunca sabe a como te imaginas. Divertido y delicioso a la vez. No te pierdas su 'super bombom de queso'. Y hasta ahí puedo leer.
Su oferta gastronómica se basa en alta cocina creativa e innovadora. El resto cuenta con una decoración moderna y de diseño, con una ambiente joven, cálido y relajado, ideal para parejas. Cuenta con una amplia carta de vinos, y una carta especial de cocteles realmente deliciosos.
La comida, presentación, servicio, atención. Un diez se queda corto.
¡ Mi más sincera enhorabuena a todo el equipo de Fran Martínez !
