Adoro este lugar, me gusta llevar a mis...
Adoro este lugar, me gusta llevar a mis amigos, especialmente en invierno. Ni bien uno traspone las pesadas puertas del que alguna vez fuera un pajar, la calidez de la chimenea encendida y el aroma a leña, hacen que uno se sienta inmensamente a gusto y se quiera quedar.
La carta del Alamillo tiene pocos platos: Mejor. La última que estuve tomé una ensalada de pimientos rojos asados en horno de leña. Como segundo siguió un cordero lechal de Aranda exquisito. El vino no pudo ser mejor: Un reserva especial Dominación de Origen Ribera del Duero. Los postres caseros de la Taberna son difíciles de obviar: Cómo decirle que no a la tarta de queso con arándanos...