Buenísimo
Es un restaurante pequeño, regentado por una anfitriona profesional que pone empeño en atender lo mejor posible a sus clientes. La comida se sale de lo habitual, es más refinada que en los establecimientos del entorno y aún así hace honor a los productos de la tierra.
No hay menú, pero si unos platos apetecibles que te hacen dudar de por cual empezar.
El gazpacho de remolacha obsequio de la casa, fantástico, y sus tropezones excelentes para no resultar aburrido. Me decanté por una menestra de verdura fresca salteada con jamón, muy rica, y probé la deliciosa croqueta de bacalao con all i oli.