Restaurante La Colonial de Huertas

Madrid tiene una ventaja en agosto, que es una de las ciudades más tranquilas. Su ausencia de playa hace que el turismo sea más limpio, más tranquilo, más cultural y más agradable.

Pequeño pero muy acogedor es todo un paraíso para los amantes del ron. Como me comentó su camarero, en época alta (más en invierno, cuando más público acude) llegan a tener has ¡¡¡220 tipos de ron diferentes!!! Todas las marcas, precios, sabores y preferencias tienen cabida en este lugar.

Yo no soy muy aficionada a este licor, pero eso no importa, porque en La Colonial puedes disfrutar de algunos de los mejores cócteles de la capital. Una gran variedad, sobre todo con alcohol, y hechos con esmero y gran profesionalidad.

Un auténtico bar cubano donde se respira puro Caribe aún en los días más frío del invierno madrileño. Lo mejor es que la bebida se puede pedir con una tapa de gastronomía cubana lo que constituye una atractiva forma de adentrarse en esta coquinária en la que el arroz blanco, el cerdo borracho, las habichuelas negras y el plátano son una constante. El tamal es imperdible. El ambiente muy animado sin se estridente y muy tolerante.

Si de comida caribeña se trata, este restaurante será una de las mejores opciones. Para degustar las delicias de la comida típica cubana, no hay más que elegir cualquier plato del menú de este local. Su decoración es acorde, y posee una cortina musical que lo transportará a la mismísima isla del mar caribe. Ideal para ir acompañado, ya que sus platos son abundantes.