ANADEL
Solo falta que el servicio vaya de otra manera.
Este es un hotel bastante aparente de uno de los pueblos de la sierra de Espadán, la verdad es que las habitaciones no las conozco, pero el moderno edificio en la carretera de acceso al pueblo tiene buena pinta, y allí estuvimos comiendo en una jornada de paseo por esta sierra.
El menú casero resultó más que recomendable, la ensalada sin pedirla para empezar, el revuelto de espárragos, cogidos esa misma mañana del campo, y las manitas excelentes. No hubo espacio para el crepe ni para los buñuelos que también regalan para acabar con el festín.
+5