Rafael Blando
Un lugar muy colonial
Caminando por la calle de la Calzada, a escasas cuadras de la Catedral me llamó la atención un gran patio colonial, iba buscando un lugar para cenar, la fuente y las sillas de madera me hicieron quedarme.
El personal fue sumamente amable y en lo que estaba la cena, disfruté de una cerveza nacional (Toña) mientras escuchaba el agua de la fuente y caminaba por el patio central. Preguntando me dijeron que también era un hotel, el Hotel Darío, me quedé con ganas de conocerlo por dentro. La comida fue muy buena y por el precio muy bien servida, un manjar al visitar Granada.
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