Restaurante El Rinconcillo

El Rinconcillo es un clásico que no hay que perderse si se viaja a Sevilla (Andalucía-España) y se quiere tapear o comer. En 1898 se hicieron reformas y se anexionó el edificio adyacente. Es una taberna típica, que conserva la decoración primera: barra de caoba, el techo antiguo y azulejos que se remontan los más antiguos al siglo XVII (una preciosidad). Está situada en la Calle Gerona, 40. Muy céntrico.
Una curiosidad es que cuando pides, lo que consumes lo va anotando el camarero en la barra con tiza, como si se tratara de una pizarra, justo enfrente del lugar que ocupas y al solicitar la cuenta suman tus consumiciones y después de pagar lo borran y vuelta a empezar con los clientes que van llegando, así se ha hecho toda la vida.

Si Sevilla es la cuna del tapeo su máximo exponente seguramente es esta antigua casa fundada en 1670. La Taberna-Restaurante El Rinconcillo ha sobrevivido a generaciones y generaciones convirtiéndose en el bar más antiguo de esta ciudad. Su carta de tapas también es de las más extensas de Sevilla con algunos clásicos como la de jamón y queso, espinacas con garbanzos o los pavías de bacalao. Visita obligada al bar más tradicional de la capital de Andalucía.

Lugar de copas y comida emblemático de Sevilla , com mas años que los Estados Unidos de america

Es como detener la vista de pronto en un libro del siglo XVII rodeado de encuadernaciones modernas. Probablemente el bar mas antiguo y mejor conservado de Sevilla, ya que "Las Escobas" esta muy modificado, la visita es obligatoria. Comida clásica en un ambiente muy variopinto y alegre.

Uno de los sitios más típicos de Sevilla, con mucha solera.
En la planta baja se tapea estupendamente: buen queso, fantástico jamón y las mejores espinacas con garbanzos que he comido en Sevilla.
En la planta de arriba tienen un restaurante con carta de cocina tradicional.

El bar de tapas El Rinconcillo se encuentra ubicado en la bonita ciudad de Sevilla, donde goza de una excelente ubicación.
Una vez aquí podrá disfrutar de un lugar histórico, ya que se encuentra abierto desde 1670 y funcionaba como refugio de policías, poetas, periodistas y hasta incluso mujeres de la calle.
La especialidad son las espinacas con garbanzos y pavías.

Sabroso y muy buena disposición de quienes atienden.

Servicio muy poco amable y lo peor porque era lunes no tenían pescado.

A pesar de su larga historia con una comida excelente y típica.