me recordó al cocido de mi abuela....
Fuimos un día por casualidad, había muchisima gente , no teniamos reserva pero conseguimos hueco, el sitio nos encantó, fue como entrar al comedor de casa de mi güela...casona de pueblo, con sus vigas de madera, sus aparadores gigantes y sus cacharros por las paredes, ellos son encantadores, y la comida espectacular, unas raciones hermosas.
Pedimos un cocido que te sirven con el compango aparte ( todo de matanza casera) riquísimo! tb unos callos acompañados de patatas caseras que sabian a patata! y la salsa de los callos era para untar y re-untar! para la peke pedimos una ración de croquetas que tb la acompañaron de patatas, de esa ración comimos los tres, no por hambre, si no porque hacia que no probabamos unas croquetas así de ricas....creo que desde que las hacia mi mi güela....