ANADEL
Muy recomendable
El propietario del Palacio Chaves, nuestro alojamiento en la parte antigua de Trujillo, nos recomendó este restaurante, y la verdad es que no nos defraudó lo más mínimo. La noche neblinosa e invernal no permitía ni ver la estatua de Trujillo emplazada en la inigualable plaza mayor, y el entrar aquí, este agradable lugar servido por una encantadora señora, fué de lo más gratificante.
Espléndido jamón ibérico, queso extremeño, croquetitas, mollejas o unos espárragos frescos a la plancha, además de
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