Terracita aislada del ruido de la calle
Comida de bar, menú de batalla, pero un precio razonable por pasar un rato fuera del bullicio de la calle.
Comida de bar, menú de batalla, pero un precio razonable por pasar un rato fuera del bullicio de la calle.
La primera vez que entré eran las 5 de la tarde y pregunté si aún servían comidas. Es evidente que no, pero aún así me tomé un refresco. El sitio me encantó por su ambiente y su decoración, con aparatos antiguos.
Otra noche, fuimos con unos amigos a los que les habían contado que ese sitio tenía una terraza estupenda para estar por la noche. Y qué terraza. El verano es de otra forma con una jarra de litro en la mano, la hierba fresca y las estrellas en el cielo.
El sitio tiene encanto, con un patio interior muy agradable, la comida es aceptable.
Lo que menos nos gustó fue una camarera que hablaba fatal a sus compañeros, continuamente les daba malas contestaciones y les dejaba en evidencia delante de los comensales, resultó bastante incómodo. El resto de camareros fueron amables.
Una cena estupenda en una terraza muy singular, buen trato personal y servicio rápido, platos muy buenos y mejor precio. El único inconvente es el acceso a la terraza, muy complicado para personas con minusvalía y carritos de bebé.
Buen trato, buen ambiente y muy buena comida, gran variedad de tapas. La terraza estupenda.