Cafés con sorpresa
Hemos venido a Burgos el fin de semana del 01/01/2016 al 03/01/2016 y dos veces comimos aquí. Las dos fabuloso; la comida y el trato. Tres personas de pinchos, cenando cantidad y con las bebidas 30€. Comiendo también tres personas en el restaurante, con postre y café 70€. En la comida nuestro camarero fue Luis, un señor canoso, alto y delgado, encantador, atento y muy cercano. Hay no queda todo. Recomiendo la morcilla, el pulpo, la sopa castellana, las croquetas, el salmón marinado, la tarta de queso, el flan. Los cafés nos hicieron formas con la leche, una chulada.
El lugar se llena mucho, reserva para comer en el Restaurante. Los pinchos se comen en barra, pero se pone hasta arriba, eso si, son súper rápidos atendiendo.