Fuimos este verano a Casa Juan siguiendo las opiniones y nos extrañó verlo siempre vacío
Fuimos este verano a Casa Juan siguiendo las opiniones y nos extrañó verlo siempre vacío. Nos pedimos dos menús y el horror fue absoluto. El cóctel de marisco era un puñado de lechuga con un pegote de salsa rosa, un trozo de mejillón y una gamba diminuta; los mejillones en salsa americana incomibles, las "croquetas caseras de jamón" eran de bolsa congelada, y ni siquiera de las que llevan trozos. El lenguado era rebozado y encima no era lenguado (era panga), y el pollo a la brasa era recalentado. Lo único que estuvo bueno fue el ali-oli.