Pequeño restaurante, acogedor y bien organizado
El servicio es amor, de verdad, mi hermano y su mujer son asiduos, pero para mi madre era la segunda vez que íbamos y se acordaban de ella. Risas y cariño.
La comida, puff, lo básico, saben cómo cocinar la pasta, en su punto, respetando sus mil formas y texturas. Y las salsas, impresionantes.
Pedimos ensalada caprese, y es la mejor que he probado jamás. Tomates rojos y verdes, cebolla roja, albahaca, buen aceite, perfecto punto de sal y una excelsa mozzarella ahumada. No llegaba a ser scamorza, porque era jugosa. Un deleite para el paladar.
Suena mega cursi y rimbombante. Probadlo y hablad :)
La berenjena al horno la hacen tipo lasaña, finitas lonchas de berenjena y esa mozzarella ahumada, poco cocinada, respetando el sabor de la hortaliza.